jueves, 19 de noviembre de 2009

"San Martín quiso ser el segundo de Bolívar"
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Miércoles 18 de Noviembre de 2009 | Rodolfo Terragno reveló insólitos detalles de la misión secreta que el prócer cumplió en Londres durante su supuesto retiro en 1824. Ante un auditorio que colmó el Virla, el escritor aseguró que el libertador usó sus conexiones para llevar a cabo el plan. Video
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ampliar fotoampliar foto | RELATO SABROSO. Terragno aseguró que la versión de que San Martín dejó la Argentina para poner a su hija en un colegio inglés es inverosímil. LA GACETA / HECTOR PERALTA

"La historia de que San Martín decidió retirarse de la vida pública para llevar a su hija Merceditas a estudiar a un colegio en Europa, siempre me pareció inverosímil". Con esta afirmación Rodolfo Terragno, captó la atención de los tucumanos que anoche colmaron el Centro Cultural de la UNT para escuchar su disertación "Londres 1824. Una misión secreta", en el marco del ciclo de conferencias de LA GACETA. La presentación estuvo a cargo de Carlos Páez de la Torre (h).
Durante la charla, el escritor contó sabrosos e insólitos pormenores de uno de los períodos menos conocidos de San Martín: su destierro en Europa. Esos detalles son relatados en el libro "El diario íntimo de San Martín", en el que Terragno afirma que el retiro del gran libertador en 1822 no fue tal, sino que dos años más tarde viajó a Londres para cumplir una misión: consolidar la independencia de Sudamérica.
"Todo empezó en los años 70, cuando yo estaba exiliado en Caracas. Eran tiempos de destierro en América latina. En esas condiciones leí una carta de Simón Bolivar escrita 38 días antes de su muerte que decía: ’en estos países, lo único que se puede hacer es emigrar’. Inmediatamente pensé en nuestro libertador, San Martín. Y también pensé en O’Higgins, que en 1823 tuvo que salir de Chile, y que murió 19 años y tres meses más tarde en el destierro, sin haber vuelto a pisar Chile. San Martín se fue el 10 de febrero de 1824, murió el 17 de agosto de 1850, poco después de advertirle a su hija: ’es la tormenta que llega al puerto’", señaló. A partir de esta carta, Terragno se lanzó a buscar las posibles claves del ostracismo de San Martín que permitieran entender su gesta y aclarar algunos puntos oscuros. "Decidí así ir a Londres para investigar ese período de la vida de San Martín, precisamente, el año 1824. La historia decía que el libertador había viajado a Europa a poner a su hija en un colegio. Sin embargo, yo empecé a dudar. En primer lugar, nunca pude entender por qué se habla del misterio de Guayaquil. Sobre todo porque no hay ningún misterio. San Martín explicó lo que pasó en cartas que dirigió a distintas personalidades", recalcó Terragno. Además, había una razón política de mucho peso. En aquellos años Perú era el centro del imperio español en América latina. Y los libertadores tenían muy en claro que, mientras no cayera Perú no se iba a poder consolidar la independencia sudamericana. "Por eso era muy importante afianzar la independencia de Perú. San Martín la había proclamado, pero los españoles ocupaban la mitad del territorio. Ellos eran países que se habían autoproclamado independientes, pero no había ninguna nación de la Tierra que los reconociera como tales. Entonces era indispensable terminar con esa resistencia realista en el Perú, a través de la unificación de los ejércitos del Norte y del Sur", dijo.
Según Terragno, esto fue reconocido por el propio San Martín, cuando se ofrece ser el segundo de Bolívar. "¿Y por qué el segundo? Porque Bolívar había terminado su tarea militar. Era amo y señor de la gran Colombia. San Martín, en cambio, tenía el problema en su propio patio y, además, no tenía el apoyo de su gobierno", agregó. Así las cosas, para avanzar, había que hacer lo que hizo San Martín: dejar que Bolívar conduzca, algo que finalmente Bolívar no aceptó. Esta era la verdad sicológica e histórica de Guayaquil", dijo.
Por eso, a Terragno no le cierra que San Martín, que había cruzado los Andes y había librado múltiples batallas para poder llevar adelante un plan de independencia continental, le diera la espalda a Perú y se fuera a Europa con su hija. "Esa historia me parece imposible. Es cierto que es el propio San Martín el que dice el 10 de febrero de 1824 en una carta que viaja por esos motivos, pero aclara que volverá ’en todo el presente año’. Yo pensé, con algo de insolencia, que esto era una mentira o una perversidad de nuestro prócer", repitió.
¿Qué pasó entonces con San Martín en 1824? Según Terragno, el libertador trabajó activamente en Londres para consolidar la independencia de Sudamérica. Y, lo hizo usando todos sus contactos y conexiones en el Viejo Continente. El 1 de enero de 1825 San Martín le escribe al destacado militar Martiniano Chilavert desde Bruselas: "ya tiene usted la independencia de la América reconocida por Inglaterra, la obra es concluida".

Entre los masones y los radicales
Al final de la charla, el público se mostró muy interesado en uno de los aspectos más oscuros de San Martín: su pertenencia a la masonería. "No creo que la independencia haya sido un proyecto masónico ejecutado por criollos", aclaró Terragno. Y cuando una persona le preguntó si el prócer sería parte del radicalismo, señaló: "me niego a usar a San Martín"

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