lunes, 7 de septiembre de 2009

"LA MADRE DE TODAS LAS BATALLAS"

Artear, Canal Trece, TN, Canal Volver, Radio Mitre S.A. (que incluye otras emisoras), Multicanal y Cablevisión (que incluyen muchos otros cables del interior), Teledigital, Telba Canal 7 de Bahía Blanca, Telecolor Canal 12 de Córdoba, Bariloche TV S.A., Canal Rural Satelital, Pol-Ka S.A., Patagonik Film Group S.A., Ideas del Sur, Primera Red Interactiva de Medios Argentinos S.A. (PRIMA), IESA, Inversora de Eventos S.A, Televisión Satelital Codificada, Tele Red Imagen S.A., Artes Gráficas Rioplatense S.A., Impripost S.A., Diario Clarín, Diario Ole, Diario La Razón, Editorial Tinta Fresca, Revistas Elle, Genios, Jardin de Genios y Enseñar, Papel Prensa S.A., Cimeco S.A. (Con la que controla La Voz del Interior y el Día a Día, de Córdoba, y Los Andes, de Mendoza), Agencia Diarios y Noticias S.A., Egea S.A (Arte Gráfico Editorial Argentino), Oportunidades S.A. (Internet, Kits escolares y tarjetas telefónicas), Clarín Global (Sitios de internet, clarín.com, masoportunidades.com, etc.), Unir S.A. (Servicios de correo), Ferias y Exposiciones Argentinas S.A. (Exponenciar, Expo Caminos y Sabores, Expo Educativa Argentina, Expoagro), 100x100 Fútbol, Gestión Compartida S.A., Compañía de Medios Digitales. Perdón que los apabullemos nombrando esta cantidad de empresas, pero nos parece imprescindible para tomar dimensión de lo que significa la concentración de poder económico y mediático. En todas y cada una de las empresas nombradas tiene participación accionaria el Grupo Clarín. En la mayoría es el único dueño o tiene la participación principal. La madrugada posterior a la histórica jornada en la que se presentó el Proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, el diario de dicho Grupo tituló en tipografía catástrofe “Presentan la ley para controlar a los medios”. El listado de empresas que mencionamos más arriba se podría repetir (en menor escala) con respecto a otros tres o cuatro grupos comunicacionales argentinos. Es evidente la estrechez del concepto de libertad de expresión utilizado arteramente para defender los negocios de muy poquitos emisores. Si existen personas que controlan a los medios, manipulan las noticias y restringen la libertad de los trabajadores de prensa, son precisamente los dueños de los grupos económicos/mediáticos, quienes con total impunidad distorsionan la realidad y generan campañas basadas en evidentes mentiras. Su único fin: seguir siendo poderosos. El Proyecto de Ley presentado por la Presidenta Cristina Fernández es un reclamo histórico de una innumerable cantidad de organizaciones que vienen luchando desde la dictadura militar para derogar el Decreto/Ley implantado en aquella época. Es una deuda postergada por décadas, muchas veces con la excusa de que no era el momento propicio, uno de los argumentos que se vuelven a utilizar por estos días. Sin embargo cuando el menemismo la modificó, pero para empeorarla y favorecer la concentración, los grupos beneficiados no acusaron a nadie de injerencia. El oportunismo es tan obvio que las voces que se escuchan en contra del Proyecto desde los dueños de los medios o desde algunos dirigentes, no mencionan ningún artículo en particular sino que solo lo atacan con titulares y declaraciones grandilocuentes y genéricas que nada tienen que ver con el verdadero contenido de la propuesta. Sería demasiado extenso hablar de los innumerables beneficios que traería la aprobación del Proyecto en cuestión. Recomendamos su lectura para no opinar sin fundamentos: http://www.comfer.gov.ar/web/blog/wp-content/uploads/2009/03/ley-final-sin-marcas.pdf Muchos diputados y diputadas que aprovechan la cámara y el micrófono fácil para defender una libertad supuestamente amenazada por este proyecto, son los mismos que han presentado propuestas similares en el pasado. Es hora que prioricen los intereses de las mayorías y no dejen seducirse por cinco minutos de televisión o radio. El Proyecto tiene 163 páginas y 157 artículos que merecen ser debatidos y mejorados con responsabilidad y seriedad. Tiende a la desconcentración y democratización de los servicios audiovisuales, garantiza y amplía la libertad de expresión, le otorga a las organizaciones sin fines de lucro la posibilidad de acceder al 33 por ciento de las licencias, defiende la producción nacional de contenidos y los federaliza, crea organismos de control plurales y democráticos, y otorga un marco legal moderno incorporando las nuevas tecnologías. Seguramente el debate podrá enriquecerlo, como se lo enriqueció desde marzo en los Foros que se organizaron por todo el país. Lo que no debe aceptarse es la superficialidad de consignas huecas que lo único que buscan es quedar bien con los poderes mediáticos. El Estado nunca está ausente. Estuvo presente a la hora de favorecer la concentración y también a la hora de restringir y, en muchos casos, perseguir la comunicación alternativa. Hoy no podemos resignarnos a aceptar que la libertad de expresión y de prensa sea encarnada por diez o veinte medios o dueños de grupos económicos. Las frecuencias de radio y televisión son públicas y quienes las utilizan deben hacerlo con responsabilidad social y compromiso. El Estado, por su parte, deberá garantizar la multiplicidad de voces, favoreciendo a quienes tienen menores posibilidades sociales y económicas de acceder a un medio de comunicación. Esto recién comienza. Será tarea de todos y todas construir las condiciones necesarias para seguir dando este debate, mantenerlo vivo mas allá de las coyunturas además de generar y fortalecer las alternativas comunicacionales que expresen verdaderamente a la diversidad y a las mayorías.
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FELC
POR EL CAMBIO SOCIÁL!

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