domingo, 21 de junio de 2009

Desmontes

La lectura que viene a continuación refleja de algún modo lo que se viene llevando a cabo en lo que queda de monte nativo en Entre Rios. Es una síntesis del descuido y de la indiferencia de los ciudadanos.Y con mayor responsabilidad, los negociados de los que tienen que hacer cumplir las normas con los grupos económicos.

Demuestra además como se engaña y estafa impunemente, este informe que parece haber sido escrito en esta semana o en estos días ,tiene casi una década de su publicación, y es la prueba viviente no solo del aberrante crimen ambiental ,sino como decía anteriormente de la indiferencia y arreglos espurios de las luminarias que ponemos en sus cargos para que además de robar nuestro futuro, permitan que se dañen, recursos tan valiosos como irrecuperables.


Paraná.- La tierra del algarrobo y el ñandubay, del aguará guazú (lobo de crin) y el aguará popé (osito lavador) está cediendo al avance de la soja a pasos agigantados, y la inquietud por la pérdida abrupta de biodiversidad trascendió el ámbito de biólogos y ecólogos para instalarse en la mesa de los propios agricultores y de los políticos.

Así, el gobierno entrerriano declaró ayer la emergencia ambiental y ordenó detener la tala rasa en los montes naturales y las selvas ribereñas, tanto públicas como privadas, en una medida que rige en todo el ámbito de la provincia. La decisión está contenida en el decreto 4519, que prevé para los infractores severas sanciones, que incluyen la expropiación de tierras y de las maquinarias utilizadas en el desmonte.

La medida se conoció luego de que la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) reveló que la tala irracional de los últimos años provocó el desmonte de cerca de 1,2 millones de hectáreas y que sólo quedan en toda la provincia entre 1.000.000 y 800.000 hectáreas de monte considerado virgen.

"Con cada árbol que cae, se acaba con las especies que lo rodean y viven de él. Siempre hubo tala, pero en estos años ya no existe frontera agrícola y hemos comprobado una acción desmedida que destruirá inexorablemente los recursos vegetales y animales, y degradará el suelo", aseguró a LA NACION el secretario de Agricultura de la provincia, Sergio Vinacur.

Durante un foro nacional de desarrollo sustentable realizado en Oro Verde, a 15 kilómetros de Paraná, 300 profesionales alertaron sobre la destrucción del bosque. El biólogo y catedrático de la UNER Juan de Dios Muñoz adelantó que en la Facultad de Agronomía terminaron un mapa satelital de reconocimiento del monte que queda. Será presentado en breve "y asombrará a todo el mundo, porque se cree que queda mucho más".

Pérdida de pastizales

Además de bosques y selvas, la provincia "sufre la pérdida de los pastizales y la consiguiente reducción de su fauna", agregó Muñoz, que estudió unas 80 especies medicinales autóctonas del suelo entrerriano.

Vinacur apuntó: "La provincia tiene más de 4 millones de hectáreas con riesgo cierto de erosión, y si desmontamos, aceleraremos el proceso. Por eso tomaremos una decisión drástica que se sustenta en artículos de la Constitución nacional. La emergencia ambiental es real y la prohibición es total: no se podrán talar árboles del monte nativo ni de las selvas ribereñas, y vamos a quintuplicar los controles", prometió el funcionario.

El fiscal de Estado de la provincia, Sergio Avero, expresó su "enorme inquietud no sólo por la tala indiscriminada del monte, sino también por la proliferación de agroquímicos y sus efectos" nocivos.

El secretario de la Producción, Alfredo Montiel Barbará, recordó el peligro de caer en el monocultivo, por el avance arrollador de la soja sobre el resto de los granos (en 1994 se cosecharon 600.000 hectáreas de soja, en 2003 fueron 1.020.000 hectáreas).

Conservar la diversidad

El decano de la Facultad de Agronomía, José Casermeiro, explicó que "la idea del gobierno fue poner un freno a la tala irracional de los montes nativos, ver de qué manera todos podemos trabajar en esta provincia, dentro de una diversificación que permita la sustentabilidad ambiental, social y económica, que es lo que necesita la provincia".

Los departamentos La Paz, Villaguay, Feliciano y Federal, donde se recluyó el espinal después de un siglo de desmontes, fueron los más presionados por las topadoras en este lustro. La práctica consiste en arrancar de cuajo ejemplares centenarios, amontonarlos y quemarlos, para dar lugar a la agricultura. "El 30 por ciento de la gente que cultiva pertenece a pools (grupos rotativos) de siembra foráneos, y cuando esos campos se erosionen, se van a ir a otra parte y nos van a dejar un desierto", advirtió Vinacur.

Entre los animales con mayor riesgo de extinción en la provincia se cuentan el lobito de río, los hurones, el aguará guazú, el gato del pajonal, la comadreja colorada, las mulitas, el osito lavador, el cardenal amarillo y el yacaré ñato, por mencionar algunos de los que perdieron su hábitat debido a la desaparición de los montes

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