martes, 13 de abril de 2010

6, 7, 8 (…) 50 cuotas

En “6, 7, 8”, el pintoresco programa del canal K, se habló de un “complot” de los medios para ningunear una de las mayores conquistas nacionales y populares: la oferta de planes de compra en 50 cuotas fijas para una serie de artículos para el hogar. Después de ‘congelar’ el dólar y manotear las reservas que exceden a la convertibilidad, los K van por la tercera ilusión del menemismo: el efecto licuadora.
¿”Complot” mediático? Los monopolios de la prensa (incluidos los de los K) son los principales vehículos de publicidad de la ganga, lo que les permite lucrar a gusto.
Este negocio de las cuotas no es una novedad bajo el régimen de los K. Para ponerlo en marcha, se han constituido fideicomisos que financian a los comercios con la garantía de los préstamos que se otorgan. En la cuota fija está embutida una tasa de interés de mercado, que puede llegar al 40%. En consecuencia, la inamovilidad de la cuota no protege al usuario o consumidor de la inflación. Por otro lado, este crédito congela el precio de un producto que se desvaloriza con bastante rapidez debido la aparición de nuevos modelos. De este modo, el consumidor paga, al cabo del tiempo, un precio superior al del mercado. Lo que los K y sus banqueros tampoco informan es que el consumidor debe operar con una tarjeta y pagar todas las comisiones y seguros que lleva incluida (incluso el seguro de vida). Por último, el poder adquisitivo decreciente del salario y la posibilidad de sufrir un despido en el período en cuestión, convierte a las 50 cuotas en una hipoteca que puede llevar al deudor al ‘default’. En lugar de asegurar el derecho al trabajo y la protección del salario real, el capitalismo trata de que no caiga el mercado de consumo personal mediante la expansión del crédito, que además es usurario. Es este mecanismo lo que ha llevado al derrumbe del mercado de consumo de los Estados Unidos y al estallido de la crisis financiera.

La cuota fija, que no protege de la inflación, para el financista es, sin embargo, un gran negocio. Constituye fideicomisos, que recogen capitales en el mercado, para financiar a los comerciantes contra la garantía de los préstamos que estos han otorgado. Estos fideicomisos se financian en el exterior a una tasa cercana a cero y aseguran el tipo de cambio del préstamo. Descontada la devaluación que el dólar ha sufrido durante la crisis, se ha calculado que la tasa de interés en el exterior es menos 7% –o sea furiosamente negativa– que represtan a tasas usurarias. El canje de deuda y el uso de reservas para pagar la deuda, favorecen enormemente esta bicicleta financiera. Lo que los histrionistas de “6, 7, 8″ presentan como una medida heroica contra la patria financiera y a favor de la redistribución progresista de los ingresos, es un negociado para el capital y una estafa para los trabajadores.
Este ‘estímulo’ K al consumo paga 21% de IVA, lo cual incrementará la recaudación fiscal, pero para pagar la deuda externa. Los ‘nac & pop’ no inventaron nada que ya no usaran Martínez de Hoz y Cavallo. ¡Hay que aumentar los salarios, damas y caballeros de la farándula! ¿O acaso para ello hay que saber contar hasta más allá del 8?
Extraído de Prensa Obrera

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