jueves, 29 de abril de 2010

Ya nunca seremos quien somos!!O algo así.


INTERNET Y LOS CELULARES COMO ÁMBITOS DE CONSUELO Y MANIPULACIÓN DE LA BIOGRAFÍA: VIDAS ENREDADAS
INVADIERON LOS BOLSILLOS Y TREPARON TANTO A LOS ESCRITORIOS COMO A LAS CAMAS: LOS GADGETS -DE TODO TIPO, TAMAÑO, COLOR Y FUNCIÓN- DEJARON HACE TIEMPO DE SER EXCLUSIVAMENTE ARTEFACTOS DE COMUNICACIÓN.
Internet y el teléfono celular son una poderosa fuente de consuelo disponible, permanente e instantánea, para aliviar el sufrimiento social y personal que provocan las enfermedades físicas, los padecimientos psíquicos, las adicciones, la estigmatización, la amenaza de disolución familiar y el riesgo de fragmentación biográfica. Necesitamos consuelo porque las fuentes que tradicionalmente nos brindaban certidumbres están erosionadas real e imaginariamente. El vínculo social que permitía integrar nuestras biografías en un imaginario colectivo e histórico de pertenencia se ha fragmentado y debilitado.

Los relatos que tradicionalmente organizaban el sentimiento de pertenencia a comunidades imaginarias como la nación, la patria, o el ser nacional, han menguado su capacidad de cohesión frente a los embates de la globalización. Lo mismo sucede con las instituciones tradicionales como la familia, la escuela, la colonia, el trabajo, el sindicato y los partidos políticos, que ya no son lugares evidentes de integración e identificación. Internet y el teléfono celular nos brindan la posibilidad de recrear y nombrar permanentemente los vínculos afectivos, generando realidades paralelas donde se multiplican los escenarios que nos confirman una y otra vez que existimos y que los otros existen para aliviar la incertidumbre.

Por eso nos produce tanta angustia olvidar o perder el celular o la lap top más que cualquier otro objeto, porque apreciamos profundamente no sólo la posibilidad de cargar o guardar nuestra biografía, sino la de rehacerla y manipularla. Posibilidad que nos permite recuperar todo lo que hemos perdido, olvidado o extraviado en el camino: amigos de la secundaria, compañeros de la militancia, novios de la adolescencia, primos en el extranjero, el árbol genealógico, amores platónicos, recetas familiares, imágenes de la niñez, canciones y publicidades de moda en nuestra juventud, y, por supuesto coleccionar mucha información sobre los aspectos más inocuos o trascendentes de la vida. En esos escenarios virtuales la identidad y el cuerpo pueden ser objeto de recomposición, y la biografía, amenazada de fragmentación y del sin sentido puede recuperar o rehacer su sentido individual y social.

Internet instaura un tipo de amalgama simbólica en la subjetividad contemporánea de una generación que se quedó a caballo entre dos siglos, marcada por el fin de las utopías de cambios revolucionarios en el siglo pasado, y renuente a creer en las nuevas utopías que la tan mentada Sociedad de la Información y del Conocimiento promete para el futuro.....click en titulo para leer completa la nota.

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