domingo, 5 de julio de 2009

¿Gripe porcina?...¿U otra chanchada más?

Capital-Sanitarismo, biopoder estatal y el negocio de la gripe
La Organización Mundial de la Salud calcula que cada año la gripe común afecta al 15% de la población adulta y hasta el 40% de los niños, produciendo 500.000 muertes a nivel mundial.

Recordá que el año pasado, por la gripe estacional, sobre 1.200.000 infectados murieron en la Argentina 3.600 personas. No poder parar de trabajar para no morirse de hambre, el hacinamiento y la desigualdad social, la falta de cloacas y agua potable, la miseria y el 50% de la población sin cobertura de salud, hace que los pobres fallezcan por una simple gripe estacional.

Un organismo social débil, compuesto por la mayoritaria clase del pobretariado que puebla el país, provoca que la gripe derive en bronquitis aguda y en neumonía mortal. Claro, hasta este año no era noticia porque los muertos integraban las cifras del gerontocidio y filicidio de las familias del excendentariado y el precariado.

Después que pase la pandemia las causas sociales de la enfermedad van a seguir intactas. ¿Por qué? Porque el control poblacional, su regulación y eliminación, resulta una política del Estado-Capital. Un biopoder para normalizar la vida y la muerte de la clase peligrosa del pobretariado. Una [bio]política del Estado genocida.

Pero como ahora el Capital está en plena crisis económica necesita nuevas fuentes de ganancias. Y exageran el impacto de las enfermedades -como la influenza- para después facturarte $110 (u$s30) el antiviral. Por el remedio se quedan con el 10% de un salario mínimo. Otra forma de plusvalía. Los patrones son miserables, pero no tienen un pelo de zonzo.

¿Y los medios masivos de comunicación del Capital? Ellos, ¡Están de fiesta! Encontraron un nuevo mecanismo para psicopatear y aterrorizar a la sociedad. ¡Que se recluya la multitud!, ¡Esa es la consigna! No sea cosa que se reúna y piense colectivamente las soluciones que necesita para combatir a los empresarios y a la oligarquía política.

La operación del Estado-Capital es a dos puntas. Un mecanismo de biopoder para intervenir poblacional-mente, extensamente sobre la vida, y en el camino facturar el Capital-Laboratorismo. Un dispositivo estatal para contrarrestar el peligro de la ‘enfermedad’ social de la rebeldía. Un biopoder contra la biopolítica emancipante de la multitud.

Gripe = Terror + Lucro = Estado + Capital-Sanitarismo = Biopoder

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